martes, 10 de febrero de 2009

Sueño.

Y entre, la habitación era blanca, muy iluminada por las inmensas cristaleras, cuando mis ojos se acostumbraron a la luz por fin pude ver lo que esa habitación guardaba, un gran piano de cola. Dudaba entre salir de la estancia o quedarme contemplando ese magnifico piano... Decidí irme, pero, de pronto escuche una melodía procedente del piano, me di la vuelta y allí estaba el, tocando una hermosa melodía que empañaba de tristeza hasta el ultimo hueco de mi corazón... Me acerque para contemplarlo mas de cerca, tan hermoso... De sus ojos brotaban pequeñas lagrimas que no llegaban a caer, el parecía no darse cuenta de que yo estaba allí...

No, no quería que estuviera así... No quería verlo triste nunca....

De la nada apareció un violín en mis manos, con su arco correspondiente, al instante supe que hacer... Dirigir la melodía. Me coloque el violín en el hombro y empecé a seguir su propia melodía sin partitura alguna, poco a poco redirigí la melodía hacia otra mas alegre, mas feliz... Y supe, que yo tocaría junto a el, hasta el mismo instante en el que la melodía dejara de sonar.

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